En los últimos años, los estudios sobre el rol de la universidad se transformaron en temas centrales de la agenda de investigación en ciencias sociales. De hecho, sus funciones se han multiplicado notablemente. En América Latina, el debate se vio favorecido por la creciente incidencia del quehacer universitario sobre el crecimiento económico y el bienestar comunitario.
En ese contexto, el libro propone reflexionar cómo se posiciona la universidad frente a procesos de cambio cada vez más vertiginosos que necesariamente modifican sus modos de vinculación.
En ese marco, se focaliza en las políticas de un entramado de actores que movilizan las iniciativas, así como en la capacidad de adaptarse a los cambios que desafían su configuración organizacional. Desde una mirada centrada en el territorio, esta obra busca contribuir a la identificación y comprensión de las dinámicas y tecnologías que intervienen en su producción y reproducción, que son emergentes, pero responden también a legados recientes. El libro propone aportar una mirada compleja sobre la relación entre tradiciones y cambio social desde una perspectiva multidisciplinar y latinoamericana.
Giselle González (Compiladora)