#8M ¿Qué pasaría si las enfermeras pararan?

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Este 8 de marzo integrantes del Proyecto PISAC-COVID 19 “La enfermería los cuidados sanitarios profesionales durante la pandemia y la postpandemia del COVID 19 (Argentina, siglo XX y XXI)”, radicado en el Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género (CINIG), reflexionan sobre la pregunta ¿Qué pasaría si las enfermeras pararan?

“Para responder esta pregunta, debemos considerar que la enfermería constituye uno de los grupos principales dentro del sistema sanitario” afirma Sofía Malleville, y explica que son ellas, junto con otros integrantes de los equipos de salud, quienes se encargan cotidianamente de las personas y los cuidados de las comunidades, “Por esta razón, no es difícil imaginarnos que si las enfermeras deciden parar de hacer su trabajo, el sistema de salud, los servicios de salud se quedarían sin uno de sus actores fundamentales“.

Detalla que las tareas van desde la higiene y el confort de las personas que se encuentran internadas, hasta prácticas de índole técnica como la colocación de vías, el control de signos vitales, el suministro de medicación y también movilizan una serie de competencias que están vinculadas a las dimensiones emocionales y afectivas de la práctica del cuidado.

La investigadora subraya que cerca del 80 por ciento del personal de enfermería son mujeres y que “las características del trabajo hacen que las enfermeras pasen mucho tiempo con las personas que se encuentran internadas en los centros de salud y muchas veces tengan que contenerlos, brindarles una palabra de aliento o acompañar a los familiares“.

¿Cuáles son las principales problemáticas que atraviesa este colectivo? ¿Bajo qué condiciones de trabajo realizan cotidianamente sus labores?

Retomando la pregunta, Guillermo de Martinelli observa que “la respuesta necesariamente deberá contemplar cuáles son las características conformantes e indagar en las condiciones de trabajo que imperan en el sector”

Puntualiza que el relevamiento a nivel nacional, permitió observar y dar cuenta las condiciones de trabajo que definen a este sector. “Precariedad, fragmentación, desigualdad de género y de jerarquías; bajas remuneraciones y multiplicidad de tareas que han definido históricamente este sector, se han visto agudizadas en este contexto de pandemia”

Un 30 por ciento de las enfermeras contratadas o tienen una beca, un 70 por ciento realiza otro tipo de actividad no vinculada estrictamente con su rol, un 42 por ciento tiene más de un empleo, un 70 por ciento trabaja más de 40 horas semanales, un 47 por ciento no pudo tomarse vacaciones desde que comenzó la pandemia y un 83 por ciento señala que desde el inicio de la pandemia se redujeron los tiempos de descanso, “son datos sólo ilustran parcialmente”, afirma de Martinelli.

Finalmente Anabel Beliera explica que la invisibilización tiene que ver con dos procesos: por un lado la subordinación a la medicina, y por otro la feminización que genera construcciones sociales cargadas valorativamente y la extensión de sus labores de cuidado como cualidades supuestamente femeninas: “Se invisibiliza la formación y la capacitación requerida para ejercer estas tareas (…) la pandemia ofició como un contexto crítico en el que se volvió visible esta tensión.”, concluye Beliera.

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