Se juega el aval en las urnas de la estrategia política del triángulo de hierro
En una nueva columna para Diagonales.com, el ex vicedirector del IdIHCS parte de observar la evolución en los números de las elecciones 2019-2021 con un incremento para Juntos por el Cambio, la caída en más de catorce puntos del techo obtenido por el Frente de Todos y un cuarto lugar de la dupla Milei-Espert con 5.55%. Sostiene que el abrupto ascenso de Milei en 2023 mucho le debe a la ruinosa gestión precedente y a la desbocada competencia por ocupar liderazgos en un espacio liberal-republicano vacante.
Analiza la política de los hermanos Milei-Caputo a tres puntas: en lo legislativo sobreviviendo con un manojo de tácticas que mezcla ingredientes; en lo organizacional con una voluntad de conformar un espacio partidario jerárquico, cerrado, vertical donde a consigna es “subordinación o guillotina” con agresiones hacia “afuera” y purgas hacia “adentro”; y en lo territorial (geográfico y digital) con una confrontación en todo el espacio del centro a la derecha, crucial para la marcha electoral del año y para el perfil político del resto de su mandato.
Antonio Camou resalta una contradicción en el Presidente que si bien se mira en el espejo de Carlos Menem, lejos de ensanchar la base política y electoral cocina sus decisiones alrededor de una mesa ratona.
“No sé cuánto de novedad anarco-capitalista le queda al primer mandatario” afirma, (nos recuerda sus negocios con una cripto-moneda) y razona que en cuestiones de política interna no se trata de una confrontación ideológica sino de una lucha por el poder, por el control del territorio y por el manejo de recursos.